Ya hace unos años entramos en la era de las nuevas tecnologías. No cabe duda de que ha sido un cambio importante. Para algunos, puede despertar miedos y desconfianzas. Estos sentimientos, sin embargo, pueden ser diferentes en las nuevas generaciones, ya que han nacido con estas herramientas incorporadas y en estos pueden despertar ilusión e interés.
Hoy en día ya no solo se juega con muñecos, plastilina, marionetas, etc. Los videojuegos son una nueva manera de jugar, y en algunos casos también de relacionarse. Ahora ya no solo nos relacionamos de manera presencial, por teléfono o por carta. Sino que también lo hacemos Whatsapp, por Skype, por Instagram o por medio de un videojuego, (adquiriendo la forma de un avatar).
Lo importante es que las nuevas tecnologías no sustituyan por completo el otro tipo de juego, otras actividades u otras maneras de relacionarse. El riesgo sería el uso abusivo, que desorganice la vida de nuestro hijo o hija. Es crucial que puedan combinarlo con otras actividades como: hacer deporte, escuchar música, jugar con otro tipo de juegos, cenar con la familia, ir a la montaña, quedar con amigos y amigas, salir al parque, ir a la playa, a la piscina, etc.
Sería adecuado poder pactar con nuestro hijo o hija unos tiempos de utilización de las pantallas.
Durante su uso, sería recomendable que al menos al inicio, sobre todo en la infancia, hubiera un adulto que pudiera acompañarles en la aventura de las nuevas tecnologías. A pesar de que probablemente tendrán más habilidad que cualquiera de nosotros con las pantallas, habrá ciertas imágenes o contenidos que todavía no están preparados emocionalmente para poder asimilar. Es importante que puedan consultar a alguien ante las dudas, inquietudes o sentimientos difíciles de digerir que se van encontrando. Es necesario que se les pueda ayudar a pensar sobre aquello que están viendo y sintiendo. El adulto que los acompañe debe acercarse con cuidado y sin descalificaciones, para evitar el rechazo ante dicho contacto tan valioso. Es importante vigilar los contenidos violentos que pueden surgir en videojuegos, películas, series o aplicaciones y poder comentarlo con el niño o niña interesados en ello.
Hay contenido para el que los niños y adolescentes aún no están preparados para asimilar
En cuanto a los adolescentes, tienen la necesidad de relacionarse con sus iguales, hoy en día las redes sociales (Whatsapp, Instagram, Facebook, etc.) son un canal más para conseguirlo. No permitirles utilizarlas sería como no permitir a los adolescentes de antes enviarse cartas o hablar por teléfono. Las nuevas tecnologías son un elemento más para cubrir estas necesidades normales de la edad.
Se tiene que valorar qué otros beneficios aportan las nuevas tecnologías: acceso a la información (prácticamente ilimitada) o el contacto a distancia (importante especialmente para las familias inmigradas). Es una manera de tener más cerca y estar conectado con amigos y familiares que viven lejos.
Lo más conveniente es aconsejar un mejor uso, más que una prohibición radical
Tenemos que acercarlos a lo que les interesa, informarles de los peligros que hay en la red. Como también orientarles dándoles pautas para un mejor uso. Pero sobre todo, compartir momentos de búsqueda, de juego, de diversión conjunta con vuestros hijos e hijas.
A veces puede ser difícil acercarse si los padres y madres se interesan por eso que hace o mira, seguramente el niño tendrá más ganas de compartirlo. Así conoceremos cuáles son sus miedos, intereses, angustias y necesidades.
Podría parecer que únicamente serían los adolescentes los que están enganchados a las pantallas, pero si nos miramos a nosotros mismos y pensamos en todo lo necesario que es el móvil, tableta u ordenador en nuestro día a día seguramente nos sorprenderemos. Si deseamos que nuestros hijos no solo se interesen por las nuevas tecnologías, deberíamos pensar en que los niños y los adolescentes en gran parte aprenden por imitación.
La manera de que los niños lean, estudien, hagan deporte, es que lo puedan ver y compartir con sus adultos referentes.
No cabe duda de que es un mundo todavía desconocido, en desarrollo y las soluciones no son sencillas. Debemos aprender de ello e intentar ayudar a nuestros hijos e hijas a poder usar las pantallas de la mejor manera posible. Sabiendo que lo importante es compartir la experiencia en un clima de afecto ya sean nuevas tecnologías o juegos de toda la vida.